Existen diferentes criterios a la hora de elegir el dormitorio perfecto. Los elementos que harán que nos decidamos por uno u otro serán muy variados. Irán desde nuestro espacio disponible, hasta cuestiones más estéticas y personales.
El dormitorio es la estancia de la casa más íntima y por ello, reflejará el carácter de sus ocupantes. Es el lugar ideado para descansar y debemos cuidar cada detalle.
Por un lado, existen aspectos físicos como el colchón, la luz o el color, y por otro, la orientación de los elementos que forman el dormitorio.
El diseño tiene un papel fundamental a la hora de conseguir un descanso reparador, así como el mobiliario que escojamos. Tanto su disposición como su estética influirán en el impacto visual del conjunto. Por ello, deberemos encontrar el equilibrio entre ambos.
La cama
Es el elemento más importante y ocupa el espacio central de la habitación. En la mayoría de ocasiones se sitúa enfrente de la puerta, con lo que es lo primero que se observa al entrar en ella.
Para la elección de nuestro colchón debemos considerar la altura y el peso del durmiente, la posición que adopta al dormir, la temperatura corporal, y si sufre problemas de espalda.
Un buen colchón tiene que respetar la curvatura natural de la columna si dormimos boca arriba y mantenerla alineada si dormimos de lado.
En cuanto a su longitud, tendrá que ser de al menos 10 cm más que nuestra altura, mientras que la firmeza del colchón, irá en proporción al peso corporal.
También habrá que tener en cuenta los materiales incorporados en su composición, ya que podrán determinar su comportamiento térmico.
Para ambientes fríos se recomienda el uso de látex y viscoelástica, que pueden generar más sensación de abrigo y dan más calor que los que se componen de muelles.
Además, debe ser de un material que evite la acumulación de ácaros y/o bacterias.
Para climas cálidos o personas calurosas, es mejor elegir colchones de muelles, que son más transpirables y disponen de un buen sistema de ventilación.
El armario
Los armarios también son piezas clave para conseguir un dormitorio perfecto, ya que junto a la cama, crean la mayor parte de la decoración de la habitación.
En nuestros hogares guardamos muchas cosas y el armario será un buen aliado para mantener el orden.
Si contamos con más espacio, podemos comprar un armario de varios módulos y con puertas que se abran hacia fuera.
Si por el contrario nuestro dormitorio es pequeño, podemos optar por puertas correderas o por armarios empotrados.
Éstos son de obra y se hacen normalmente con ladrillos. Se forran en madera y se dividen en distintas secciones. Las medidas dependerán de la anchura y el hueco utilizado para crearlos.
La principal ventaja es que no ocupan espacio, con lo que no existe la sensación de mueble voluminoso.
Si no es posible contar con uno empotrado, deberíamos comprarlo en color blanco o del mismo color que la pared, para que quede lo más camuflado posible y proporcione sensación de amplitud a la estancia.
Mesita de noche
Será el complemento perfecto para dar a nuestro dormitorio un carácter más funcional y atractivo, aunque es un mueble que se ha ido reinventando con los años.
Son muy prácticas, ya que podemos guardar cosas y a su vez tienen un valor estético y auxiliar. Actúan como soporte para lámparas, libros, despertadores e incluso nuestros móviles. Ofrecen una superficie elegante y práctica al lado de la cama, a la vez que son un elemento más para la decoración del dormitorio.
Este mueble no debe faltarnos en un dormitorio perfecto. Gracias a ellas, tendremos a mano todo aquello que necesitamos antes de dormir y al levantarnos por las mañanas.
Su altura debe ser proporcional respecto al cabecero y el colchón.
Si tenemos poco espacio, podemos sustituirlo por una cómoda, ya que permiten guardar ropa de cama y contaremos con mayor espacio.
Podrás elegir entre gran cantidad de diseños, formas, tamaños y colores, que serán una pieza clave dentro de la estética de un dormitorio perfecto.
El cabecero
Define en gran medida el estilo de la habitación. Existen en diferentes materiales y distintos estilos: tradicional, de madera, en polipiel, hierro o tapizado.
Es mejor evitar los metálicos, ya que pueden generar interferencias en nuestro descanso.
Lo ideal es optar por tableros de madera maciza o que incorporen acolchado. Así también servirán como respaldo para adoptar diferentes posturas.
La pared en la que lo apoyemos también es importante, ya que determinará la orientación de toda la cama.
La alfombra
Lo ideal es que cubra toda la superficie de la cama.
Podemos encontrarlas de dos tipos: naturales y sintéticas.
Las naturales son las compuestas por lana, algodón o bambú, y las sintéticas, las acrílicas o de poliéster.
- Las alfombras de lana son conocidas por su resistencia y durabilidad. No acumulan electricidad estática, aíslan del frío y cuenta con gran capacidad para absorber la humedad.
- Las alfombras de algodón son higiénicas y fáciles de limpiar. Son muy resistentes a la humedad y a las altas temperaturas, por lo que se pueden utilizar en cualquier estancia de la casa.
- Las alfombras sintéticas son muy demandadas por su alta resistencia y fácil mantenimiento. Además presentan una variedad de colores y texturas que en otro tipo de tejidos no podríamos conseguir.
Espejo
En nuestro dormitorio perfecto no puede faltar un espejo. Podemos utilizarlo apoyado en el suelo si queremos vernos de cuerpo entero, o sobre la cómoda si nuestro espacio disponible es menor.
Resultan ideales para crear ambientes de diseños originales y creativos. Podemos encontrarlos con diferente forma, materiales y colores.
Cortinas
Si prefieres tener más luz, utiliza visillos, que aportan más claridad.
Para mayor oscuridad, opta por cortinas. En el mercado las encontrarás de todas las características: clásicas, modernas, vaporosas, con fantasía…elige aquellas que más vayan con tu personalidad y consigue un dormitorio perfecto.
La iluminación
La iluminación es un elemento de suma importancia para conseguir un dormitorio perfecto.
Lo recomendable es contar con varios puntos de luz distribuidos por la habitación que permitan la regulación de la intensidad cuando se acerca la hora de ir a dormir para terminar con la habitación totalmente a oscuras, que es la forma en la que conseguiremos un sueño de calidad.
La iluminación debe ser cálida para hacernos sentir más relajados, y es algo muy práctico que se pueda modular y adaptarse a las diferentes necesidades que podamos ir teniendo a lo largo del día.
La ropa de cama
La ropa que usemos para nuestra cama, debe ser suave y transpirable.
Para cada estación tendremos que escoger la más adecuada acorde a la temperatura que haga, ya que podremos pasar una mala noche si no utilizamos las sábanas o los edredones adecuados en cuanto a gramaje y materiales.
El objetivo es encontrar una sensación térmica estable y equilibrada. La temperatura óptima de nuestro dormitorio debe oscilar entre los 20 y los 22ºC.
Lo recomendable es utilizar tejidos 100% algodón, que nos proporcionarán gran suavidad, confort y transpiración.
Las fibras naturales son siempre la mejor opción, ya que regulan la humedad, mantienen la temperatura de manera natural y son más saludables.
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